TC televisión transmitía en vivo los shows del señor Bucarán, entonces presidente del Ecuador. Hoy, luego de ser expropiado a los hermanos Isaías, el canal está al servicio del actual gobierno.
Una noche de invierno de
1996, Gabrielle Marinucci, mi compañero de departamento, me invitó a la
librería Ex Libris -en Zúrich- para ver la presentación de la escritora Rosa
Montero y una selección de sus trabajos traducidos al alemán. La ceremonia es
similar en cualquier país: los comentarios de rigor a cargo de un reconocido
intelectual, el mismo que asigna calidad y precio a la obra; las
acaloradas -y a veces aburridas- discusiones sobre arte y política, los
escritores frente a una montaña de libros y una fila de lectores pidiendo
autógrafos.
Durante los brindis, Gabrielle
se acercó a dialogar con la autora -que estuvo muy en auge durante esos años-, mientras
yo disfrutaba de los vinos en compañía del grupo literario: La Canoa del
Limmat, hundida a tiempo -por suerte- y sin obras literarias que
lamentar. De pronto escuché a alguien gritar mi nombre entre la multitud. Su
voz me era familiar. Volví la vista y vi a Peter Arens, un reconocido actor suizo
acercándose a mí. Debo admitir que nunca ambos tuvimos una gran amistad, más
que una relación de trabajo durante mis tiempos en el Schauspielhaus–Zürich; aunque
siempre admiré –inclusive hoy- sus cualidades de actor.
-“Rafael, -me sorprendió
su tono familiar, -dime una curiosidad que entre los medios alemanes es motivo
de pláticas y de burlas…
-¿Cuál es la pregunta?
-Repuse yo de inmediato.
-¿Es cierto el presidente
de tu país es dueño de un circo?
-¡¿Cómo?! –Grité yo al
instante, movido por un resorte, que casi escupí el vino en la cara de los
presentes. Permanecí algunos segundos con los ojos bien abiertos y la copa
vacía en mis manos.
Peter Arens pareció
entender mi situación. No era el momento, ni él habría soportado un curso
rápido sobre la clase política del Ecuador, su extravagancia, ferocidad y
folclorismo -a la vez-; por lo que, entre las risas de los presentes, decidió
retirarse; mientras yo, luego de pedir otro vaso con vino y de aspirar a fondo
mi cigarrillo, me atreví a preguntarle a sus espaldas:
-Y ¿por qué dicen ello?
Él pensó –quizás- que yo
estaba molesto, por lo que respondió con un “olvídalo” y fue a unirse de nuevo
con sus amigos.
Gabrielle, que ya estaba
cerca a nosotros, empezó a enumerar algunos comentarios que entre los círculos
de intelectuales y la prensa sensacionalista europea fue moneda común por
entonces: que el presidente
de Ecuador era dueño de un circo, un cantante decadente
de rock, futbolista y entrenador a la vez del equipo más popular…en suma, ¡que
un país de los Andes se había convertido en circo de tres pistas!
"Alberto Fujimori y Abdalá Bucaram, entonces presidentes de Perú y
Ecuador, disfrazados de indios para la foto. Ambos fueron elegidos
popularmente y ambos terminaron mal. La lista de casos similares en América Latina es extensísima".
-¡Vaya, qué honor! –Le
respondí, sin ocultar mi enojo, mientras cruzaban por mi mente sus
extravagancias: bailar el rock de la prisión con muchachitas en
minifalda y derramar la botella de agua mineral sobre su frente chorreando con
sudor ante las cámaras de televisión. Saltar del helicóptero vestido de
Batman en los suburbios de Guayaquil. Grabar un CD con temas de los Iracundos
bajo el tema: el loco que ama. Su hijo Jacobito
celebrando a los 16 años su primer millón de dólares conseguidos a través de
coimas en las aduanas. Ser presidente del Barcelona Sporting Club, director
técnico y anunciar un contrato con Diego Maradona para jugar en Guayaquil por
diez millones de dólares. Recibir a los cuerpos diplomáticos en zapatillas.
Galardonar en el palacio de gobierno con la Gran Medalla a Lorena Bobbit, una
manabita afincada en New York que se hizo famosa por cortar el pene a su marido
gringo, y cuya acción desató una ola de simpatías entre los grupos feministas,
que causaban miedo en los hombres de todo el mundo.
Mirando estas imágenes y comparándolas con lo que ocurre en la actualidad, ¿podemos creer que en estos últimos 14 años de democracia hemos avanzado a algún lado?
Hubo, pensé yo, mucho
circo en tan corto tiempo, que el público acabó por aburrirse y nadie salió a
defenderlo cuando la clase política lo destituyó argumentando incapacidad
mental. ¡Ellos declararon loco al psiquiatra! Fue una vorágine, un tornado que
acabó expulsando de la carpa a su director, y éste, en pleno bullicio, ordenó a
sus lacayos sacar el dinero de la taquilla en grandes fardos de yute y ponerlos
en el avión, que partió al exilio en Panamá: las cámaras de TC pasaron aquella
noche sin comerciales su última función.
Aún recuerdo algunos nombres de aquellos seres
perversos, como un violador rondando a su víctima tras los patios de la
escuela, y partidos políticos casi momias –agitando hoy la bandera de
revolucionarios- que apoyaron la candidatura del señor Bucarán –hasta ganar las
elecciones; mas, al verse perjudicados en la repartición del poder, (por
carecer de contraparte; es decir, de grandes fortunas y empresas tras jugosos
contratos con la nación, o no estar aliados a grupos económicos fuertes) se
volvieron contra el amo que les dio de comer durante los meses de su gobierno*,
permitiendo a la derecha fortalecer sus negocios que estaban bajo amenaza y
fueron motivo de disputas tras la aparición de un clan político comandado
por la familia Bucarán (y con ellos un grupo de nóveles empresarios).
La historia volvió a repetirse durante la era de Jamil
Mahuad, una legión de siniestros personajes visitaban Carondelet mientras duró
su mandato: ex reinas de belleza, “el eterno perdedor” Polito Baquerizo,
vedettes de la farándula, “el mago del asfalto” y junto a ellos, la izquierda
caviar. El poeta Jorge Enrique Adoum redactó las famosas “Siete Armonías
para Gobernar”, con las que Mahuad hincó la estocada final al Ecuador. Ellos,
que no aprendieron más oficio que el de gimotear y adular al poder, exhibieron
sus medias largas de seda para treparse en la camioneta de los triunfadores, sin
importar su ideología, pero triunfadores al fin: El sastrecillo valiente
Paco Velasco, Freddy Ehlers, Frank Vargas, Pazzos, Elsy Monge, el corcho
Cordero, Pachakutik, el MPD con sus fuerzas de choque, la Conaie, la fundación
Guayasamín, la comisión de Derechos Humanos...se fueron de luna de miel con el
coronel Gutiérrez y luego se divorciaron, pusieron en el sillón a Alfredo
Palacio, y hoy están junto a Rafael Correa, sulfurosos, ardientes, alquilando
sus vidas incoloras para un proyecto político, a cambio de pan, de seguridad
para la vejez.
Gabrielle
Marinucci murió hace diez años de un tumor en la cabeza. El tiempo, que muestra
sus cartas a cada jugador, hizo que algunos de mis amigos entren en la edad de
jubilarse, como Peter Arens en Suiza, Ditmar Schoenherr en Austria, o Ernesto
Cardenal en Nicaragua; igual el antiguo dueño del circo y en su lugar hay una
nueva camada de traga fuegos, come vidrios y zanqueros -siempre dispuestos a
complacer al público con sus acrobacias y ocurrencias.
*Bucaram ganó las elecciones con el apoyo del APRE (Acción Popular Revolucionaria Ecuatoriana), de Frank Vargas Pazzos, el CFP, el PLR (Partido Liberal Radical), el LN (Liberación Nacional), el MIRA (Movimiento Independiente República Auténtica), el FRA (Frente Radical Alfarista), el Socialismo y sectores cercanos al PUR (Partido Unidad Republicana), del ex presidente Sixto Durán Ballén".
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