La propuesta es la misma, no así el resultado.
Fiona Butler (izq.) la chica del poster de tenis de 1976. Paris Hilton (der.) 2011.
Nada será tan fascinante e enigmático como lo original. He visto en China (Dafen, ciudad cerca a Hong-Kong) inmensos talleres de pintura, donde se reproduce en serie obras clásicas cada día (la Gioconda, La Última Cena, El Nacimiento de Venus) y luego ser vendidos al por mayor o al detalle -en tamaño original, con enmarcado de lujo- en los grandes centros comerciales de Guanzhou o Shanghai a precios de ganga. Los artistas (del copiado) trabajan horas y horas en los talleres a cambio de un salario.
¿Qué hace diferente al original de la copia? Imagino que la audacia y la genialidad del artista frente al imitador.
En asuntos de política también hay “copistas” por nuestros lares. Rolf Wild digo alguna vez, ante la aparición de una horda de “revolucionarios” en Sudamérica: "¡Tanta inteligencia de una generación malgastada de modo infame en banalidades! No hay talento, no hay inspiración en ellos, sólo un deseo infame de copiar una fórmula para perpetuarse en el poder".
Original
Copia
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