Del Tages-Anzeiger, de la serie Metrópolis del Siglo XXI
Traducción: Rafael Marcelo Arteaga.
Ghana es un país fuera de lo común dentro del clásico clishée de un continente con estados decadentes y llenos de corrupción.
“Ghana trabaja”, es la frase que a menudo salta en
conversaciones con entendidos de economía, geógrafos o turistas. No importa
cuándo, pero es recurrente en el país ubicado en la Costa de Oro de África Occidental.
Estabilidad política e instituciones que funcionan dieron sus frutos aquí,
donde el ultimo año hubo un crecimiento sostenido del 8.5%; y si a ello sumamos
el valor añadido del sector petrolero, podemos ubicar esta cifra -sin temor a equivocarnos-
sobre el 14.4%, inclusive. “Ghana produce”, afirma el investigador del mercado
financiero Markus Stierli. Entre 187 países, solo Qatar logró una tasa de
crecimiento más alta en el planeta.
Los Emiratos del Golfo Pérsico pertenecen desde hace años
al club de los animadores de la Economía Global; Ghana, por su parte, no ha
llegado tan lejos. Clasificado hasta hace poco como un país en desarrollo, hoy es
un país de ingresos medios, con influencia regional antes que continental. “Sin
duda Ghana juega un papel importante en la comunidad de 17 naciones –ECOWAS-.”
- Dice Kayode Soyinka, editor del periódico digital “Africa Today”, quien, desde
su oficina en Londres, ha documentado el boom económico del país de (25 millones
de personas) en los últimos años. Es una historia de esperanza, aquella esperanza de ver que un país africano -con
esfuerzo propio- da un salto para convertirse en una nación industrializada.
En cada esquina una farmacia
Y para apoyar este proyecto, Brigitte Cuendet ha viajado
a Accra, bajo órdenes de la Federación Suiza, a fin de coordinar los lazos
económicos de ambas naciones. Nacida en Waadtländ y asentada desde hace un año
en la capital, una ciudad “no tan hermosa que digamos” opina ella, “pero en la
que puede vivir muy bien.” Llena de colorido y espontanea, a veces caótica: este
es el centro económico de Ghana. A ella
le fascinan muchos detalles pequeños de la ciudad, como las farmacias en cada
esquina. “Signo del estándar de vida conseguido aquí.” Argumenta Cuendet, de 45
años y graduada en economía.
O el hecho de que la gente normal de la calle esté bien
informada de los indicadores económicos. “Mantener la inflación por debajo del
10% fue un gran tema a debatir”, informa la directora de la sección financiera.
Y, en efecto, combatir la inflación y
estabilizar la moneda nacional –el Cedí-, contribuyeron a la recuperación de la
economía interna. El sector financiero de Ghana es uno de los más avanzados de
la región y ha contribuido de modo significativo en la creación de nuevos empleos.
“Hace diez años casi nadie tenía una cuenta en el banco”, agrega Hamis Ussif,
un economista local y miembro del equipo de trabajo de Brigitte Cuendet.
Medicamentos genéricos para la nación
Hoy es fácil abrir una cuenta en las instituciones
financieras. El seguro para el hogar, y los tres básicos en toda sociedad:
accidente, enfermedad y vejez, se van convirtiendo en norma aquí. “Hasta la señora
de la limpieza tiene en su cuenta papeles con bonos del estado”, informa la
coordinadora helvética, la misma que se ocupa también del fortalecimiento de
las instituciones financieras de Ghana, algo fuera de lo común dentro del
clásico clishée de un continente con estados decadentes y llenos de corrupción.
O la conferencia sobre Capital Privado que en estos días se celebra en Accra, y
a la que asisten también las farmacéuticas locales que proveen al mercado
interno con medicamentos genéricos. Y quizás a ello se deba que el estado debió pagar hace poco menos
intereses por su deuda que España o Italia.
Y está también la
transición ordenada del poder a John Mahama, de modo interino, luego de morir
su presidente Atta Mills. “Fue una acción ejemplar”, opina el periodista
Soyinka; y aunque el nuevo gobierno mire con precaución su nueva prueba en las
elecciones presidenciales a celebrarse en diciembre, los inversionistas tienen
confianza, y creen que el país – el primero en sublevarse y lograr su
independencia de la colonia británica -, de ningún modo ira al precipicio. Igual las aerolíneas extranjeras que han
hecho aquí sus bases de conexión para el resto del continente. O los
empresarios chinos, que en la última década han ingresado muchos y que ayudan a
construir la infraestructura del país.
Globalización a la manera de Ghana.
Koffi Anan, el personaje más conocido de Ghana en el mundo.
“Aun las firmas occidentales sacan provecho de la
influencia china.” Dice Peter Hartmann, coordinador de la cámara de comercio Suiza-africano para
las actividades en Ghana. El país está entre los mejores de la región, según
los empresarios. Los suizos venden al país desde industrias para el tratamiento
de aguas residuales, energía solar y del viento, como la construcción, la
tecnología de limpieza; y las empresas chinas desde motocicletas, computadores
y más elementos de ensamblaje; aun así, y pese al aumento de las ventas de
petróleo, el suministro de servicios básicos en la población, como agua o
electricidad, sigue siendo elemental, incluso en ciertas regiones de la misma Accra. “Inadecuado para un crecimiento sostenido”,
observa Brigitte Cuendet.
Ella presta atención al aumento del sector de
servicios, de empresarios locales que mandan por correo desde sellos postales
de los turistas, hasta contenedores con mercancías que no dejan huellas de su
paso aquí. Como la leche en cartones
tetra pack, producida en Argentina, comercializada en Hong Kong e importada al
país por firmas libanesas. El avance de la economía en el epicentro de Accra le
parece incoherente y desacertado, a tal punto de llegar a preguntarse si la
nación se halla sobre bases sólidas. Markus Stierliv, investigador de CS, se
muestra escéptico frente a ello. Ghana debe volver a la agricultura y sus ramas
relacionadas, opina él, para avanzar a la producción de bienes de consumo con
valor agregado y productos industriales hechos aquí.