Donnerstag, 25. Oktober 2012

MILAGRO AFRICANO


Del Tages-Anzeiger, de la serie Metrópolis del Siglo XXI
Traducción: Rafael Marcelo Arteaga.

Ghana es un país fuera de lo común dentro del clásico clishée de un continente con estados decadentes y llenos de corrupción.

“Ghana trabaja”, es la frase que a menudo salta en conversaciones con entendidos de economía, geógrafos o turistas. No importa cuándo, pero es recurrente en el país ubicado en la Costa de Oro de África Occidental. Estabilidad política e instituciones que funcionan dieron sus frutos aquí, donde el ultimo año hubo un crecimiento sostenido del 8.5%; y si a ello sumamos el valor añadido del sector petrolero, podemos ubicar esta cifra -sin temor a equivocarnos- sobre el 14.4%, inclusive. “Ghana produce”, afirma el investigador del mercado financiero Markus Stierli. Entre 187 países, solo Qatar logró una tasa de crecimiento más alta en el planeta.    
Los Emiratos del Golfo Pérsico pertenecen desde hace años al club de los animadores de la Economía Global; Ghana, por su parte, no ha llegado tan lejos. Clasificado hasta hace poco como un país en desarrollo, hoy es un país de ingresos medios, con influencia regional antes que continental. “Sin duda Ghana juega un papel importante en la comunidad de 17 naciones –ECOWAS-.” - Dice Kayode Soyinka, editor del periódico digital “Africa Today”, quien, desde su oficina en Londres, ha documentado el boom económico del país de (25 millones de personas) en los últimos años. Es una historia de esperanza,  aquella esperanza de ver que un país africano -con esfuerzo propio- da un salto para convertirse en una nación industrializada.
 
En cada esquina una farmacia


Y para apoyar este proyecto, Brigitte Cuendet ha viajado a Accra, bajo órdenes de la Federación Suiza, a fin de coordinar los lazos económicos de ambas naciones. Nacida en Waadtländ y asentada desde hace un año en la capital, una ciudad “no tan hermosa que digamos” opina ella, “pero en la que puede vivir muy bien.” Llena de colorido y espontanea, a veces caótica: este es el centro económico de Ghana.  A ella le fascinan muchos detalles pequeños de la ciudad, como las farmacias en cada esquina. “Signo del estándar de vida conseguido aquí.” Argumenta Cuendet, de 45 años y graduada en economía.
O el hecho de que la gente normal de la calle esté bien informada de los indicadores económicos. “Mantener la inflación por debajo del 10% fue un gran tema a debatir”, informa la directora de la sección financiera.  Y, en efecto, combatir la inflación y estabilizar la moneda nacional –el Cedí-, contribuyeron a la recuperación de la economía interna. El sector financiero de Ghana es uno de los más avanzados de la región y ha contribuido de modo significativo en la creación de nuevos empleos. “Hace diez años casi nadie tenía una cuenta en el banco”, agrega Hamis Ussif, un economista local y miembro del equipo de trabajo de Brigitte Cuendet.
 
Medicamentos genéricos para la nación
 
Hoy es fácil abrir una cuenta en las instituciones financieras. El seguro para el hogar, y los tres básicos en toda sociedad: accidente, enfermedad y vejez, se van convirtiendo en norma aquí. “Hasta la señora de la limpieza tiene en su cuenta papeles con bonos del estado”, informa la coordinadora helvética, la misma que se ocupa también del fortalecimiento de las instituciones financieras de Ghana, algo fuera de lo común dentro del clásico clishée de un continente con estados decadentes y llenos de corrupción. O la conferencia sobre Capital Privado que en estos días se celebra en Accra, y a la que asisten también las farmacéuticas locales que proveen al mercado interno con medicamentos genéricos. Y quizás a ello se deba  que el estado debió pagar hace poco menos intereses por su deuda que España o Italia. 
Y está  también la transición ordenada del poder a John Mahama, de modo interino, luego de morir su presidente Atta Mills. “Fue una acción ejemplar”, opina el periodista Soyinka; y aunque el nuevo gobierno mire con precaución su nueva prueba en las elecciones presidenciales a celebrarse en diciembre, los inversionistas tienen confianza, y creen que el país – el primero en sublevarse y lograr su independencia de la colonia británica -, de ningún modo ira al precipicio.  Igual las aerolíneas extranjeras que han hecho aquí sus bases de conexión para el resto del continente. O los empresarios chinos, que en la última década han ingresado muchos y que ayudan a construir la infraestructura del país. 
Globalización a la manera de Ghana.
Koffi Anan, el personaje más conocido de Ghana en el mundo.

“Aun las firmas occidentales sacan provecho de la influencia china.” Dice Peter Hartmann, coordinador de la cámara de comercio Suiza-africano para las actividades en Ghana. El país está entre los mejores de la región, según los empresarios. Los suizos venden al país desde industrias para el tratamiento de aguas residuales, energía solar y del viento, como la construcción, la tecnología de limpieza; y las empresas chinas desde motocicletas, computadores y más elementos de ensamblaje; aun así, y pese al aumento de las ventas de petróleo, el suministro de servicios básicos en la población, como agua o electricidad, sigue siendo elemental, incluso en ciertas regiones de la misma Accra.  “Inadecuado para un crecimiento sostenido”, observa Brigitte Cuendet.
Ella presta atención al aumento del sector de servicios, de empresarios locales que mandan por correo desde sellos postales de los turistas, hasta contenedores con mercancías que no dejan huellas de su paso aquí.  Como la leche en cartones tetra pack, producida en Argentina, comercializada en Hong Kong e importada al país por firmas libanesas. El avance de la economía en el epicentro de Accra le parece incoherente y desacertado, a tal punto de llegar a preguntarse si la nación se halla sobre bases sólidas. Markus Stierliv, investigador de CS, se muestra escéptico frente a ello. Ghana debe volver a la agricultura y sus ramas relacionadas, opina él, para avanzar a la producción de bienes de consumo con valor agregado y productos industriales hechos aquí.
 

Mittwoch, 17. Oktober 2012

Chongqing: una metrópoli en doce años



Del Tages-Anzeiger, de la serie Metrópolis del Siglo XXI
Traducción: Rafael Marcelo Arteaga.



Edificar una ciudad para 12 millones de habitantes en diez años, conseguir que un río seco se vuelva navegable, acercar un lago a la ciudad y desde allí sacar mercancías hasta los puertos; volver un pueblo lleno de mendigos en una de las metrópolis más modernas del planeta: estos son algunos ejemplos, de cómo la visión de futuro de sus gobernantes juega un rol importante en la historia de las naciones.


Fue un episodio desagradable el que trajo a la ciudad de Chongqing a las primeras planas de los periódicos del mundo: Gu Kalai, esposa del Secretario del Partido Comunista Chino y gobernador de la provincia, fue condenada el 20 de agosto pasado a morir en la horca luego de haber sido hallada culpable de envenenar a su aliado de negocios inglés; y, pese a que la carrera política del marido acabó de modo abrupto ante el implacable partido, nadie duda que el rápido desarrollo de Chongqing fue obra del incansable Bo. 32 millones de personas viven aquí, donde el crecimiento de la ciudad se sitúa sobre el 16 y 17% y, con ello, casi el doble del promedio en China.

Autos, motos y repuestos

La nueva región se ha especializado en la fabricación de motocicletas y autos, ya de modo independiente o en alianza con otras marcas foráneas, como Suzuki o Peugeot-Citroën. Sus empresas producen 400.000 autos  y copan un tercio de la producción de motos en el mercado interno; pero  también Ford, Isuzu o Iveco están presentes aquí, e igual que la industria pesada, el trabajo de metales y la producción mecánica, en esta región el petróleo y la industria química tienen también un rol dominante. BP, en alianza con Sinopec Sichuan Vinylon Works, trabajan en un plan de limpieza del rio Yangtsé. La firma de químicos BASF arma un proyecto de fabricación de polietileno por un valor de 860 Millones de Euros.


 


Ulrich Birch, quien trabaja desde el 2002 para la ABB en Chongqing, vivió el desarrollo cuasi explosivo de la ciudad. «Cuando llegué aquí por primera vez en 1997, por ser el área de partida del Tour de los Tres Valles», cuenta él, «este era un sitio del que se quería salir lo más rápido posible.»

«Todo era miedoso y sucio»

«Yo ya había visto otras ciudades chinas, pero de todas, ésta era la peor. Los niños que merodeaban eran muy podres. Todo era miedoso y sucio.» Dice Birch. Pero cuando este mismo ingeniero volvió luego de siete años, todo aquí había cambiado por completo. «Era una nueva ciudad con un centro hermoso, edificios y hoteles cinco estrellas. Ahora todo es muy limpio.» Y añade que en el 2005 se mudó a Chongqing para dirigir una filial de la ABB en alianza con otra similar china, y supervisar la construcción de una nueva fabrica.

Ciudadelas enteras son edificadas cada día. Los precios varían de acuerdo a la ubicación del sector: US$ 350 a 500 por metro cuadrado

El progreso de la ciudad no es casual, sino que obedece a la decisión del Partido Comunista - en 1997- de convertir a Chongqing en una de las cuatro regiones de China, desde donde se impulsará el desarrollo económico logrado en las zonas marítimas - sobre todo en la costa oriental - hacia el interior de la nación.

Como retoños de bambú tras la lluvia de primavera

Es el programa de inversión más grande que el mundo ha visto antes. Cerca de 490 millardos de Euros ha inyectado el Gobierno Central de China en sus programas para occidente y centro del país. Y la mayor parte de tal suma va a Chongqing; por ello, en marzo del 2012 se decidió tomar la estrella más grande de la bandera del país como meta a seguir dentro del plan quinquenal para el desarrollo de la región occidental: en quince años Chongqing debe alcanzar el mismo poder productivo de Hong-Kong. 

La ciudad, ubicada en la confluencia de los ríos Yangtsé y Jialing, es una obra inmensa en construcción desde hace años.  En casi todos sitios se derrumba y se hace sitio para abrir carreteras y nuevos edificios de vivienda. Donde hoy es el barrio pobre de Shibati, pronto estará lleno con modernos rascacielos para oficinas y apartamentos. En el aeropuerto Yiangbei se multiplican los hangares para los aviones y las pistas de aterrizaje. La ciudad se llena de centros comerciales y en el norte grandes ciudadelas son construidas en tiempo récord. «Chongqing crece como retoños de bambú tras una lluvia de primavera», dice Henrik Bork, corresponsal en China.

Salarios más bajos que en la región oriental.



Las condiciones de vida del campo y la ciudad son abismales, y por ello cada año buscan refugio entre 300.000 y 400.000 personas en la metrópoli. «No todos hallan trabajo de inmediato, por lo que la migración trae sus problemas consigo», observa Bork. «Es cierto que en el campo todos los niños deben ir a la escuela», observa; sin embargo, los recién llegados carecen por lo general de instrucción especial, «y lo que las empresas buscan es trabajadores con alguna formación en alguna rama especifica.» 

Es por ello que la multinacional ABB, en unión con otras similares radicadas aquí, están tratando de abrir escuelas en el sector con una educación a la manera de Suiza; para ellos, los precios bajos de los terrenos y las tasas favorables de impuestos son condiciones muy atractivas para asentarse aquí, donde el acceso al poder es más directo gracias al estatus de la ciudad, y donde los salarios son más bajos en relación con los de la costa oriental, lo que viene a compensar los altos costos de transporte de mercancías hasta los puertos del sur.

Tren hasta Europa


Pero también se pensó y se hizo que el río uniera los tres valles, aumentando su caudal y logrando con ello que sus aguas lleguen hasta la ciudad, para asegurar la movilización de mercancías hacia el sur del país, donde están los puertos; además, hay una unión directa por tren entre Chongqing y Antwerpen, cuenta Bork. La empresa alemana de transportes ya utiliza la ruta transiberiana para enviar a diario mercaderías de la BMW o de Hewlett Packard.

Chongqing es una obra gigantesca en construcción. El sitio donde estaban asentados barrios viejos y sucios, hoy se levantan modernas edificaciones con viviendas, centros comerciales y oficinas. Nada regala el gobierno, pese a tener un sistema comunista: a las "casas dignas" se accede con trabajo. Si no pueden comprar, el estado alquila sus casas a los más necesitados, a precios simbólicos; por lo general, un ciudadano chino no quiere depender del gobierno, y pronto llega a ser un próspero negociante. No en vano las cifras de nuevos ricos aumentan cada día, y la nación es la primera potencia económica del planeta, tanto que hoy va al rescate de la crisis financiera de Europa y Estados Unidos.

Y para llegar a ser independiente de las transnacionales establecidas aquí, la ciudad se esmera en conseguir el asentamiento de empresas fabricantes de computadores, accesorios electrónicos y alta tecnología. El primer éxito se manifiesta en la Hewlett Packard, la misma que, aliada con la empresa taiwanesa Foxconn, llegó a ubicarse segunda - a nivel mundial - dentro de la producción de laptops. El plan quinquenal incluye también el asentamiento del sector financiero y de servicios. 

¿Funcionará todo esto? Algunos expertos dudan que el desarrollo sostenido de la «Puerta a Occidente» continúe en los próximos años; sin embargo, no se nota detenimiento alguno en la sorprendente ciudad de Chongqing. 

Donnerstag, 11. Oktober 2012

EL MILAGRO ECONOMICO EN EL BOSFORO


Del Tages-Anzeiger, de la serie Metrópolis del Siglo XXI
Traducción: Rafael Marcelo Arteaga.

Jóvenes, chic y con muchas ganas de comprar: Estambul es el barómetro de la floreciente Turquía; la ciudad en el centro de Oriente y Occidente.


¿Cuántos habitantes en Estambul son tan ricos, como para desayunar en Asia y almorzar en Europa? Esta es a menudo la pregunta de los residentes de la metrópoli turca, la única que se asienta en dos continentes. Estambul, que en épocas pasadas fue conocida como Bizancio o Constantinopla, fue también capital del Imperio Bizantino y Otomano.

Nadie sabe cuántos habitantes tiene la capital no oficial de Turquía. De acuerdo a informes no comprobados, se estima que entre 15 y 20 millones, y de esta cifra, más de la mitad son jóvenes menores de 30 años, con una capacidad de compras cuatro veces más grande a la anterior en los últimos tiempos. “La nueva generación es muy independiente y está orientada hacia la globalización.” Dice Monika Schmutz Kirgöz, cónsul de Suiza en Estambul. Y añade: “Aquí ha ocurrido un milagro económico”.


Sin embargo, en el 2001 la situación no asomaba tan color de rosas como hoy: el país estaba sumergido en la peor crisis financiera de los últimas décadas, igual que Grecia en estos días, y ese mismo año su moneda oficial - la Lira - cayó en picada al barranco, a diferencia de sus antiguos enemigos los helenos, cuya política económica está atada a esa camisa de fuerza llamada Euro. Su entonces ministro de economía, Kemal Dervis, lanzó un paquete de reformas: los gastos fueron recortados de modo radical, los bancos recapitalizados y las empresas estatales privatizadas de inmediato; a tal punto que al siguiente periodo ya se pudo ver resultados. La tasa del 5,3% de crecimiento interno ha sido constante desde entonces y se espera que para este periodo sea igual.

Las exportaciones hacen fuerte a Turquía: la rama automotriz, pero también la industria textil, la electrónica y el turismo, fruto de la inversión externa y de la seriedad de sus gobernantes para respetar los contratos firmados, creando miles de plazas de trabajo.

CENTRO DEL ORIENTE MEDIO



La ciudad es el sitio de fusión del Este con el Oeste. Donde antes convergieron tres imperios, hoy es un punto de encuentro internacional. Muchas empresas foráneas tienen sus asientos europeos o asiáticos a orillas del Bósforo, y desde Estambul se expanden al Cercano y Oriente  Medio, a África del Norte. La ciudad es el centro de la Región Mena, que en el argot comercial se denomina a las bases de las transnacionales, desde donde se abre nuevos mercados. Y en ningún otro sitio se vive esto con más frecuencia que en el aeropuerto Atatürk, donde en cuestión de minutos se reúne el mundo de los cinco continentes, gracias a Turkish Airlines, una de las empresas de aviación más exitosas del mundo, con un rápido crecimiento frente a sus similares europeas, con una flota de 185 naves (70 más que hace cuatro años) uniendo 218 lugares de modo directo y una constante búsqueda de nuevos destinos; al punto de hacerla merecedora en el 2010, 2011 y 2012 de los premio Sky Trace, uno de los reconocimientos internacionales más serios en la rama aérea comercial.

UN CUADRO DEMOCRATICO

Las huellas del crecimiento son visibles en la vida diaria. Cada semana abren nuevos hoteles sus puertas, y la construcción de viviendas y edificios no para. “Muchos extranjeros vienen a la ciudad”, confirma la representante del gobierno suizo. “Independiente del estrés automotriz que toda metrópoli causa en la gente, el nivel de vida aquí es excelente.” Y aun cuando tiene la sensación de que los límites de crecimiento llegaron a su tope y que podría colapsar, ella sabe que la ciudad es joven y llena de energía.

En la lista de las economías más florecientes del planeta, Turquía se halla en el puesto 17 (de 166 naciones. Ecuador en el 136). Y de acuerdo a la voluntad del primer ministro Erdoga, hasta el 2023, al cumplirse el siglo del nacimiento de la república,  ésta deberá ser la décima potencia económica en el mundo. Y para ello la política juega un rol importante. “Turquía es un país musulmán y democrático, con una antigua y única constitución.  La Primavera Árabe tiene un modelo a seguir.” Afirma Monika Schmutz. 

EL OTRO LADO DE LA MEDALLA

El boom en Estambul tiene también su lado opuesto. Muchas viviendas y sectores viejos del centro son derrumbados y en su lugar se levanta de inmediato grandes edificaciones de lujo, echando a sus antiguos habitantes a 40 kilómetros de allí, en sitios estériles, donde no caben sus lazos de vecindad y ello provoque el aumento de los niveles de delincuencia, como afirman los habitantes del nuevo asentamiento denominado Bahçe, en el portal Eurasianet.org.

Uno de ellos es Osman Özdemir, de 52 años, residente en una casa de 12 pisos. En su antiguo barrio sufrió una vez un incidente apenas -en 14 años-: su hijo fue asaltado por un motociclista. “Hoy escucho a menudo aquí de robos y asaltos”. Dice Osman Özdemir. “A la medianoche merodean por el hospital vendedores de heroína”. Y pese a sus preocupaciones, Estambul - de acuerdo a la ONU - es una de las ciudades más seguras de Europa.

Dependiendo de cómo la ciudad afronte su crecimiento, esto podría cambiar de modo rápido.