De: Cartas a un Joven Poeta,
de Rafael M. Arteaga. Atacames 2013.
Vuelve a tus maestros y escribe
con enfado, con rabia,
sin pedir nada a cambio,
sin reclamos contra nadie:
ese es el secreto de la escritura.
No te esfuerces
por conseguir un nombre,
que es lo de menos en nuestros tiempos.
No te alegres con una coma,
con cerrar paréntesis;
añade tu estrofa, tu verso,
- por simple que sea -
en las páginas del Gran Libro
que todos a lo largo de la humanidad
vamos escribiendo,
y que da lo mismo decir
Shakespeare, Proust, Kavafis.
Si nada tienes que decir,
calla, entonces;
piensa en que a lo mejor
estás con el oficio equivocado
y hay un ejecutivo dentro de ti,
un empresario exitoso
que todo lo que roza con su mano
se convierte en oro.
O un político,
(no necesitas ser inteligente,
solo perverso y brutal),
un cantante,
artista de cine;
pero, por favor, no te arrimes
a la escritura para buscar
gloria o riquezas,
porque ella nada puede darte,
si no es la satisfacción
de haber escrito un libro.
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