Traducción: Rafael M. Arteaga
“¡No estoy
viajando a Venezuela, estoy aquí, con mi pueblo! ¡Combatiré hasta derramar la
última gota de sangre! ¡Viva la revolución y el socialismo!
Gritó al Gadafi
hace pocas horas ante las cámaras de la televisión estatal. E igual que Mubarak
en Egipto, hace dos semanas, ordenó suspender la transmisión de toda señal
privada, disparar contra los manifestantes y pronto murieron 22 personas aquel día. Luego ordenó bombardear la ciudad.
Este
discurso y sucesos en Libia me recuerdan de modo inexorable al 30 de septiembre
del 2010, en Ecuador. La destrucción y saqueo de Libia a manos de un “revolucionario”
-y sus seguidores- en el poder desde hace 42 años. He aquí una traducción de primera mano de un
artículo del Tages Anzeiger del 23 de febrero del 2011.
El Clan Gadafi:
Una familia irremediablemente destruida.
El dictador
y sus seguidores tuvieron acceso directo a los negocios más lucrativos del
país. Los hijos de Gadafi son enemigos a muerte.
El clan del dictador libio Mamar al-Gadafi está inexorablemente dividido después de los informes de los medios sobre la caída del gran imperio de negocios, informó el miércoles el Financial Times, de Gran Bretaña, citando un telegrama de diplomáticos de EE.UU., que publicó Wikileaks. El documento de mayo de 2006 demuestra que Gadafi, su familia y seguidores tienen acceso directo a los negocios más lucrativos del país." El clan “acapara el sector petrolero y el gas, las telecomunicaciones, infraestructura, hotelería, medios de comunicación y bienes de consumo", citó el diario de acuerdo a los informes de Wikileaks.
En otro documento de EE.UU. de marzo del 2009, informa como ejemplo la "guerra a muerte" entre los vástagos de Gadafi, lo que daría suficiente combustible para escribir una ópera de perra gorda libia, dice el telegrama. Los hijos de Gadafi, según el documento, obtuvieron grandiosos ingresos de las empresas petroleras nacionales, como también de las subsidiarias dedicadas al procesamiento de petróleo.
Todo queda en familia
El segundo hijo, Seif al-Islam, y su consorcio one-nine Group tiene negocios en la industria petrolera, cita el telegrama. Aisha Muammar, la hija del dictador, en cambio, tiene vínculos con las industrias de energía y construcción, y el hijo mayor, Mohammed, es proveedor de la empresa nacional de telecomunicaciones e Internet. Mientras el tercer hijo, Saadi, siguiendo el informe de los diplomáticos de EE.UU. pasa muy ocupado con "su equipo de fútbol, el Comité Olímpico y su carrera militar." También estuvo involucrado en una disputa familiar sobre la licencia de la transnacional Coca-Cola – sigue el telegrama-, "una historia muy, pero muy oscura."
Pedido de embargo
Transparencia Internacional pidió una investigación de expertos internacionales; hasta tanto, las posesiones del clan Gadafi deberían ser confiscadas, dijo el presidente del Financial Times Huguette Lavalle.