Donnerstag, 10. Juli 2008

INGRID BETANCOURT: LO QUE NO DICE LA VERSIÓN OFICIAL

Por: Claude-Marie Vadrot. Mediapart.fr (extracto)
Primera Piedra 264 Análisis Semanal
Del 06 al 12 de Julio del 2008



Aun en Hollywood sería difícil imitar el escenario de la liberación de Ingrid Betancourt.El gobierno colombiano, con la amable participación de los Estados Unidos y de ex soldados de los servicios secretos israelitas, se ha encargado de entregarnos un verdadero cuento de hadas, por momentos -incluso- pareciéndose a un circo de serie B. Los medios toman a sus lectores y sus telespectadores por imbéciles, insistiendo en el tremendo “éxito” de la operación militar del Ejército colombiano.

No se trata de menospreciar la valentía de Ingrid Betancourt, ni de desconocer la alegría que nos causa al saber de su liberación, ni la extraordinaria voluntad para sobreponerse a los sufrimientos de su cautiverio. Tampoco puede desconocerse el alivio para su familia; pero el gobierno colombiano intentas vender tal acción al mundo como si se tratara de una operación militar armada, lo que en realidad no pasa de ser una rendición previamente pactada por un sector de las FARC.

Hace poco más de tres meses éste grupo había informado a las autoridades colombianas que estaba dispuesto a rendirse y a entregar los cautivos a cambio de inmunidad y el exilio en Francia. Hacia fines de marzo el diario El Tiempo en una entrevista a un sacerdote, aseguró que los hombres encargados de la custodia de Betancourt y de tres «militares norteamericanos » (que por lo demás nadie los ha visto después de su liberación del miércoles pasado) habían oficializado sus contactos con el gobierno colombiano...

El 25 de mayo, es decir, al día siguiente del anuncio de la muerte del jefe de las FARC, Manuel Marulanda, el presidente Uribe, en medio de una reunión informal declaró oficialmente que el grupo de guerrilleros que custodiaba a I. Betancourt estaba dispuesto a entregarla junto con los tres soldados norteamericanos a cambio de la inmunidad y una recompensa.

En efecto, en uno de los tres computadores encontrados en el campamento de Raúl Reyes -bombardeado en la frontera con Ecuador- descubrieron la manera de contactar al grupo que retenía a I. Betancourt y la zona donde se escondían. El embajador de Francia en Ecuador también dejó entender de estas negociaciones algunos días después de la muerte de Reyes: Paris conocía al negociador instalado en Ecuador porque Reyes estaba en contacto permanente con los gobiernos de Francia, Ecuador y Venezuela. Raúl Reyes, responsable de comunicación de la guerrilla, deseaba cambiar de interlocutor luego que algunas de las intervenciones de Hugo Chávez empezaban a arriesgar la eventual liberación de guerrilleros de las FARC presos en Colombia. Esto es lo que, en todo caso, explicaron a los servicios especiales ecuatorianos los dos miembros de las FARC que sobrevivieron al bombardeo del campamento de Reyes.

Ellos describieron con precisión el ataque al campamento del cual escaparon sólo porque estaban a más de 200 metros de distancia. Cinco bombas fueron desplegadas simultáneamente matando a la veintena de hombres que allí se encontraban. Éstas bombas, según varias fuentes, no fueron lanzadas por aviones colombianos sino por aviones norteamericanos que vuelan a máxima altura -pero provistos de aparatos que podían seguir las ondas del celular de Reyes. Aparentemente, la liberación de Betancourt estaba programada para el 8 de marzo y esta operación norteamericana-colombiana tenía como objetivo evitar dicha negociación para no darles reputación a la guerrilla, a los gobiernos venezolano, francés y ecuatoriano.

Asimismo, la muerte en condiciones aun poco claras de otro alto dirigente de las FARC, Yvan Ríos, acentuó la tentación de romper con los procesos de negociación en curso. Si las dos operaciones estaban concertadas, es evidente que el objetivo fue debilitar la fracción de la guerrilla que preferían negociar la liberación de los prisioneros. Otra negociación pudo estar desarrollándose desde el lado colombiano, la misma que consistía en indicar al grupo que vigilaba a I. Betancourt que lo mejor sería rendirse. No hubo pues, pese a la versión oficial, ninguna infiltración de los servicios militares.


Simplemente, con la ayuda logística norteamericana, el grupo ha sido seguido y simultáneamente preparado por radio y con la intermediación de un emisario del escenario de la rendición, lo que incluía un proceso de evacuación por una ONG imaginaria. Solo así se puede entender que la llegada de varios helicópteros no alertara a los guerrilleros, pues ellos saben que no disponen de estos medios de transporte.

Fue necesario varias semanas para que el jefe del grupo se convenza de esta salida con la seguridad, además, de que no habría ningún disparo. El contrato fue respetado. Alrededor del 15 de junio, el gobierno colombiano volvió a preguntar al gobierno francés si mantenía la oferta, hecha por Nicolás Sarkozy y por François Fillon, de dar asilo a los guerrilleros. Puesto que la respuesta fue positiva, la fase final de la operación tuvo lugar.

Solo faltaba montar la poco creíble versión de una operación militar de sorpresa, vinculada con otra operación de infiltración. La realidad es menos gloriosa para el ejército colombiano. Pero lo esencial es la libertad de Ingrid Betancourt y de sus 14compañeros de cautiverio.

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